miércoles, 9 de julio de 2014

Evolución

Las asambleas de Podemos están formadas por personas de diferentes ideologías cuyo común múltiplo es su tendencia a la izquierda. Republicanos, comunistas, socialistas, independentistas, nacionalistas, socialdemócratas, anarquistas, progresistas, revolucionarios. Son palabras que debemos poder decir sin miedo.

Pero no sólo eso. No es sólo la izquierda. El espectro que alcanza Podemos llega hasta el centro, sobrepasándolo, contagiando también a conservadores, monárquicos, liberales, o capitalistas. También a estas palabras debemos perderle el miedo. Los hemos visto en las asambleas; tal vez una minoría - o no tan minoría -, pero que se merece el mismo respeto que todos los demás.
 
Esa variedad unida es el prólogo que indica que esos términos ideológicos que hasta ahora han sido polémicos y controvertidos empiezan a formar parte del pasado. Ya no aplican en la sociedad actual. Podemos está sacando a la luz su anacronismo, comenzando a relegarlos a la historia. Comienzan a ser barridos por la democracia participativa, y sobre todo, por el sentido común. Nadie debe ofenderse; es la evolución lógica de la sociedad humana.
 
Esa variedad y esa evolución requieren, por parte de todos los que formamos Podemos, respeto y flexibilidad para con todos. Lo sabemos.
 
Y es precisamente esa variedad ideológica la que hace que la denominada casta política se mueva intranquila en sus acolchados sillones. ¿Por qué? Porque el eterno talón de Aquiles que siempre ha marcado a la izquierda, esa división intestina que siempre ha hecho que los movimientos de izquierda luchen entre ellos – luchas lógicas debido al significado intrínseco de los principios de izquierdas – está siendo vencida. Diría que incluso ignorada. Ha resultado que sabemos organizarnos sin carcomernos entre nosotros, lo cual como decía antes, es el resultado lógico tras aguantar infinitos golpes que nos tenían débiles y diseminados.
 
Del mismo modo que esa casta política sabía perfectamente que si nos dividían, nos vencían, ahora saben algo que temen sea imparable: estamos evolucionando.
Y en nuestras manos está consolidar esa capacidad organizativa en la que caben el debate, la discusión, las diferencias, y las asambleas. Y nuevamente, el respeto, la flexibilidad, el sentido común, y la auténtica democracia.
 

Porque Podemos.

 
Adex Bruno Torres Rodríguez

ME DECLARO PROVIDA… DESEADA, DIGNA Y SALUDABLE (1)



El pasado 20 de diciembre el Consejo de Ministros español nos devolvió, una vez más, a los años setenta, cuando miles de mujeres y hombres  pedíamos que se acabara con los procesos de clandestinidad en el aborto y los vergonzantes viajes a Londres y Ámsterdam.

Y lo hicieron, aprobando el informe de un anteproyecto de ley llamado  Ley Orgánica de protección de la vida del concebido y de los derechos de la mujer embarazada, cuyo nombre destila el carácter ideológico, ultracatólico y conservador de la misma. Un anteproyecto cuyo ponente, el Sr Gallardón,  dice actuar en interés de las mujeres, a las que nos convierte en “víctimas” que el Estado debe proteger.

Cínica posición la de este gobierno que lo que hace es enviarnos (a más de 100.000 mujeres  que abortaron en el Estado español en 2013) a abortar en la clandestinidad o en otro país, quienes se lo puedan permitir.

Hipócrita postura la del gobierno del Partido Popular que traerá consigo la absoluta desprotección de las mujeres, sometiéndonos a poner en riesgo nuestra vida y nuestra salud.

Fundamentalista decisión del Consejo de Ministros y Ministras que ha respondido a lo que piden la jerarquía eclesiástica y los sectores más patriarcales y reaccionarios de la sociedad, que solo piensan en las mujeres como incubadoras, por lo que plantean respetar la vida de la mujer en la medida en que es funcional a la vida del embrión/feto.

La ley que teníamos era insuficiente, la que nos imponen ahora  nos hace retroceder cuarenta años, solo por el afán de contentar a los sectores más ultra. Durante el presente año hemos convivido con la amenaza constante de la aprobación de esta Ley, con la incertidumbre de no saber el momento en que el derecho a decidir de las mujeres iba a sufrir un retroceso brutal. Y ahora, que ese momento parece acercarse, debemos intensificar nuestra lucha y parar esta contrarreforma.

Los días 3 y 4 de Julio, en el Congreso de los diputados,  un grupo de fundamentalistas (cien parlamentarios anti-elección de dieciséis países) se reúnen para elaborar un documento en “defensa del nasciturus” (Declaración de Madrid) que justifique la aprobación, en el Consejo de Ministros del Partido Popular del viernes 4 de julio, de una Ley totalitaria y guiada por el fundamentalismo religioso, una ley contestada desde el movimiento feminista, desde el ámbito médico, desde la sociedad civil e, incluso, desde las propias filas del Partido Popular.  Por ello, en estos momentos, y más que nunca, me proclamo PRO VIDA y...

Defiendo el DERECHO A LA VIDA de LAS MUJERES, el derecho de las mujeres a no arriesgar su vida ni su libertad por interrumpir un embarazo no planificado, no deseado; el derecho de las mujeres a no sufrir angustia y sufrimiento por una maternidad impuesta; el derecho de las mujeres a no ser insultadas, perseguidas… por ejercer un derecho básico del ser humano; el derecho al aborto libre, seguro y gratuito.

Defiendo el DERECHO A LA VIDA DE LAS PERSONAS, a una vida deseada, digna y saludable. El derecho a nacer siendo deseado y con posibilidades de ser atendido, educado y querido es sagrado, porque el derecho a la vida no es un derecho abstracto, sino vinculado a otros como el derecho al cuidado, a la alimentación, a la vivienda, a la educación, a la salud y a la vida digna.

Defiendo el DERECHO A UNA MATERNIDAD ELEGIDA. Interrumpir un embarazo que no es deseado es asignarle un valor importante a la vida humana, pues la maternidad no es sólo un acto biológico ni un destino inevitable; la maternidad es, y debe ser, fruto de una decisión consciente, asumida, aceptada y deseada. Defiendo el derecho al aborto como decisión libre y consciente de la mujer y también defiendo el apoyo a la mujer que, sola o acompañada, libremente decida ser madre.

Defiendo el DERECHO A DECIDIR de LAS MUJERES, el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, nuestras sexualidades y nuestras vidas, como un derecho humano básico,  el derecho a que se nos respete nuestra voluntad, nuestra autonomía, nuestra dignidad, nuestra libertad moral… El derecho a decidir marca la diferencia entre ser consideradas sujetos de derechos o seres necesitados de permanente tutelaje en nuestras decisiones.

Defiendo el DERECHO A SEGUIR LA PROPIA CONCIENCIA. Asumir la dignidad humana conlleva seguir la propia conciencia en libertad, tomar decisiones éticas desde el contexto personal, familiar y social, y desde la responsabilidad frente a las consecuencias que dicha decisión conlleva.

La decisión de ser madres solo debe planteársela la mujer que se encuentre ante la posibilidad de continuar adelante o no con un embarazo y lo hará desde sus circunstancias y sus principios éticos. Y ha de poder hacerlo, sin coacciones de ningún tipo y con condiciones de seguridad;  no puede ser una imposición ni desde el punto de vista penal ni moral. Requiere  respeto, protección legal eficaz y cuidados sanitarios.

Defiendo el DERECHO AL ABORTO COMO DERECHO DEMOCRÁTICO. El derecho al aborto es una causa justa en razón de su contenido democrático y de justicia social. Una legislación que despenalice y legalice el acceso al aborto no obliga a nadie a interrumpir embarazos, pero sí obliga al Estado a que incorpore y mantenga servicios de calidad, que no pongan en riesgo la vida y la salud de las mujeres que  atraviesan esa situación.  Los países donde se han desarrollado programas respetuosos de los derechos sexuales y reproductivos, que incluyen la legalización del aborto, tienen tasas mucho más bajas de aborto que las estimadas en países donde éste es ilegal.

Defiendo los DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS. El derecho a reconocernos como seres sexuados, con derecho al placer, a sentirnos deseadas y a desear sin culpa, a saber identificar qué nos gusta o qué no y comunicarlo, a explorar nuestras fantasías, a experimentarlas y a aceptarlas como parte natural de nuestras vidas. El derecho a tener las herramientas que nos permitan decidir sobre nuestra capacidad reproductiva, de una forma consciente y libre.

Y ello requiere la puesta en marcha de políticas y medidas integrales en salud sexual y en salud reproductiva, que implementen procesos de información, educación y atención afectiva y sexual integral, con perspectiva de género, basada en un concepto positivo del hecho sexual humano, de la diversidad sexual y de los vínculos afectivos,  como una tarea conjunta de todos los agentes sociales implicados. Solo si esto se hace, las cifras de embarazos no deseados, y en consecuencia de abortos,  bajarán considerablemente.

Defiendo LOS DERECHOS HUMANOS: El derecho de las mujeres a nuestra integridad y seguridad corporal, a nuestra libertad sexual,  al control y disfrute de nuestro propio cuerpo, a vivir libre de torturas, mutilaciones y violencias de toda índole, a una vida en la que seamos protagonistas de nuestras decisiones, nuestros cuerpos y nuestras vidas.

El derecho a una vivienda digna, a un trabajo, a una pensión, a una educación, sanidad y servicios sociales públicos de calidad. El derecho a cuidar y ser cuidados. El derecho a un mar sin petróleo, a una tierra limpia y sostenible. El derecho a una sociedad sin centros de internamiento para extranjeros, sin redadas racistas y cuchillas en las vallas fronterizas. El derecho a una vida digna para todas, todas las personas.

Ahora, más que nunca, tenemos que DEFENDER nuestro derecho al aborto libre, legal, seguro y gratuito y  parar esta contrarreforma clasista y patriarcal.

Tenemos que dar, juntas y juntos, esta batalla, allí donde estemos, pero sobre todo debemos HACER OÍR NUESTRA VOZ EN LA CALLE. Que les quede claro de una vez por todas: TENEMOS DERECHO A UNA VIDA DESEADA, DIGNA Y SALUDABLE. DEFENDAMOS EL DERECHO AL ABORTO LIBRE, A LA MATERNIDAD ELEGIDA, A LA SEXUALIDAD PLACENTERA.


(1): Mary C. Bolaños Espinosa. Colectivo Harimaguada.

Plataforma Aborto libre, legal, seguro y gratuito: Nosotras decidimos.

Sobre Podemos y la gestión de las diferencias (1): el caso de Cipriano el vitola


Esto de Podemos me recuerda a Cipriano. Si hombre, a Cipriano el vitola, el que tenía una carpintería en el barrio de San José. Pues este buen hombre a eso de las seis, o seis y algo de la tarde solía cerrar su carpintería y esperar en la puerta a su amigo Antonio para ir a tomar café. Antonio siempre llegaba con la misma cantinela: “Oiga Cipriano, mire a ver su hijo, se pasa mucho tiempo en la calle”. “Déjelo que él sabe lo que hace” -contestaba Cipriano- “y si no, ya tomaremos medidas”.  Mientras pronunciaba estas últimas palabras se daba unos golpecitos en la espalda con una vara que asomaba una cuarta por encima de su hombro izquierdo. Esta vara era una vitola que solía llevar consigo Cipriano cuando daba paseos cortos, generalmente del taller al cafetín y de vuelta a casa.  La vitola la usaba Cipriano para medir la altura del marco de las puertas, 2’30, algo superior a lo normal, ya que él era de la opinión que las puertas mejor grandes, para que así nadie tenga que agacharse, ni siquiera un hombre cargado, decía. La vitola era una herramienta práctica e  infalible, en palabras de Cipriano “exacta como un reloj suizo”.
Pasado el tiempo, Ernesto, el hijo de Cipriano se hizo ingeniero, y colaboró con su padre en mantener el taller de carpintería abierto hasta que de mutuo acuerdo decidieron cerrarlo. Luego, durante algunos años quedó sólo para trabajillos domésticos.
Nunca se supo ni se sabrá el motivo que guió la formación de Ernesto, tanto la educativa reglada como la personal o humana. Si fue el aprendizaje de la calle o influyó sustancialmente “la vitola”. O las dos cosas, o ninguna de ellas. Igual ni siquiera Ernesto lo sabría. A mi entender, digo yo sin querer  afirmar nada, que en su formación integral fueron factores decisivos la referencia de un entorno familiar estable,  la confianza que en Ernesto depositaban sus padres y que él percibía. Y sobre todo, el sentirse querido y valorado por ellos.    
El dejar hacer y la rígida vitola -a voz de pronto- son dos elementos o aspectos bien diferenciados, incluso pudieran interpretarse como antagónicos o incompatibles. Aunque mirados de otra forma pueden resultar ser dos elementos inseparables, como eso de las dos caras de una misma moneda. Y digo esto relacionándolo con las diferencias de planteamientos que existen en las organizaciones sociales, especialmente en las de carácter político. Diferencias que son inevitables -y más aún- necesarias e incluso saludables para aquellas organizaciones que llevan la democracia a la práctica cotidiana de su vida política.
El problema que genera esta situación de convivencia crítica en una determinada organización (diversos planteamientos políticos, matices ideológicos, métodos, etc.), o mejor dicho, el conflicto que se origina por estas formas democráticas de organización y convivencia (que subyace, y se manifiesta de maneras diferentes) más que ocultarlo o eliminarlo, hay que saberlo gestionar. Gestionarlo bien para sacarle provecho. ¿Cómo? Pues viéndolo desde una perspectiva distinta. No como un condicionante sino como un recurso favorable. Ponerlo en valor como se dice ahora. O sea, pasarlo del Debe al Haber. En la idea-guía que en el conflicto está la vida, y que la diversidad y el entrelazamiento son la base de la riqueza natural y social. 
Y es que este conflicto, el de la coexistencia en una misma organización de diferentes opciones, es parte consustancial de las organizaciones políticas. Aunque tengan una ideología común o filosofías afines. Ocultar, negar o cercenar esta realidad es intentar actuar contra el fluir natural de las cosas. Una solución equivocada por la que optan organizaciones no democráticas.
Por tanto, y por la parte que toca a todos los que son partidarios de que el disenso forma parte indisociable de la democracia, habrá que hacer una buena gestión de esas diferencias, ahí está la clave de la pluralidad y convivencia democrática. Nada fácil, ya que resulta complicado dimensionar esas diferencias. Para eso, aún no se han fabricado vitolas infalibles. Complicado e imprescindible, y es que si no adquirimos esa habilidad puede suceder que las diferencias hagan inoperativa la vida democrática. Que la nave quede permanentemente a la deriva.  
Tal vez para el hijo de Cipriano, el andar durante su vida temprana entre la calle y el orden familiar fue el camino que de forma involuntaria, irregular y en cierta forma sensata eligió Ernesto. Elección que le dio buenos resultados, y mejor aún, un buen procedimiento de aprendizaje y actuación. Conocer el mundo en que se vive para saber qué camino tomar. 
Podemos hacerlo, gestionar las diferencias, discernir, avanzar. Claro que Podemos. Compatibilizando democracia y operatividad.  
Ana Sagaseta de Ilurdoz Parada (Integrante del Círculo Podemos-Santa Brígida).

Pancho Sánchez Lao ( Integrante del Círculo Podemos-Las Palmas de Gran Canaria).

Canarias a 4 de julio de 2014