Reflexiones después de una asamblea
No existe, ni ha existido nunca en Canarias una organización política tan profundamente democrática como Podemos. Trece asambleas en un plazo de poco más de cinco meses es algo elocuente.
Un
día de agosto, de agosto con solemnidad, el primer domingo a las 11 h. de la
mañana, en un local situado en una de las esquinas más apartadas de nuestra
ciudad, se celebro la XIII Asamblea Insular de Podemos. Comparecieron
aproximadamente 400 personas. Ese dato y su sufrido contexto son de por si
sugerentes de la capacidad de movilización de Podemos.
En esta fase inicial de Podemos todo suscita muchas
reflexiones. Por lo pronto nosotros queremos expresar algunas de ellas:
Primera: No existe, ni ha existido nunca en Canarias una organización política tan profundamente democrática como Podemos. Trece asambleas en un plazo de poco más de cinco meses es algo elocuente. Asambleas, por otro lado, marcadamente horizontales y abiertas. Conviene adelantar esta reflexión y conviene asimismo tenerla presente a la hora de debatir sobre la democracia interna y su posible mejora. El tono del debate y el propio enfoque de este, resulta muy oxigenado si se desarrolla partiendo de aquel presupuesto.
Segunda: No existe, ni ha existido, ni existirá organización política que prescinda de un nivel de coordinación entre sus partes y miembros, cuanto menos un partido engendrado por la lucha y concebido para la lucha transformadora de la sociedad. La coordinación es, por definición, sustancial a la organización que aspire al poder político, sin ella se podrá estar ante un club de discusión, una hermandad o una cofradía, en ningún caso ante esa organización política.
Tal vez ocurra que tras el debate sobre la coordinación, en
alguno de los planteamientos, esté latiendo el deseo de revivir el 15M, pero
ello no es Podemos por mucho que el 15M pueda ser un antecedente de notable
significado. 15 M y Podemos son dos creaciones históricas del movimiento por la
democracia real que responden a momentos distintos en la maduración del mismo
movimiento.
Puede suceder también, con mayor probabilidad, que tras
ciertas posiciones reacias a la coordinación se encuentre un localismo que
agota sus horizontes en las fronteras del municipio. Con esa perspectiva ven en
Podemos una franquicia que es llave para abrir la puerta de acceso particular a
los poderes locales. Por eso mismo perciben la coordinación/organización del
conjunto de Podemos como una amenaza de control y una injerencia. Se equivocan
de sitio.
Tercera: Podemos es una organización que se plantea la conquista del poder político, ello implica, necesariamente, la elaboración de una estrategia y de una táctica que defina los objetivos y los medios para alcanzarlos. Eso presupone actividad política que vincule al conjunto. Como es natural la estrategia que implica la lucha por el poder para su transformación conforme a los intereses de las clases populares y de la democracia real tiene como vértice el poder político del estado, núcleo central del poder.
Sin esa estrategia y esa táctica que hacen de la
organización un esfuerzo común, un conjunto coherente y operativo, estaríamos a
merced o bien, de tendencias corporativistas, o bien de posiciones localistas,
o bien de ambas a la vez. De ocurrir esto, la organización se disolvería en una
suerte de taifas absolutamente impotente para la consecución de sus objetivos
cardinales.
Cuarta: Podemos desde su proclamación, estableció las líneas rojas que le definen y distinguen en la estrategia y en la táctica. Sin duda planteamientos iniciales que necesariamente el movimiento social y político continuará elaborando y enriqueciendo.
Hasta las elecciones europeas Podemos agrupaba, con mucho, a
varios millares de militantes en todo el estado. El acierto al interpretar y
expresar los sentimientos y las aspiraciones de las clases y grupos sociales
democráticos de la sociedad, transformó esa batalla electoral en una formidable
impugnación del sistema en su conjunto. En este punto no está demás subrayar
como la práctica ha desmentido a quienes subestiman la trascendencia de las
contiendas electorales.
Tras aquellas elecciones, Podemos se convirtió, de súbito,
en un gran agrupamiento político de masas. Se ha producido un fuerte viraje, de
posiciones defensivas frente a las brutalidades del sistema se ha pasado a una
fase ofensiva contra el sistema en si. El escenario será el mismo pero son muy
distintas, ahora, las escenas que se suceden para cambiarlo. En el cambio de
tendencia Podemos ha desempañado un papel decisivo y se ha situado en la
posición mas avanzada
Quinta: La transformación de Podemos en una organización de masas y la forma en que se ha producido también comporta sus riesgos. De no fortalecer coordinación política y orgánica, la acción conjunta, Podemos puede sufrir tensiones disolventes que desdibujen sus señas de identidad, colapsen la iniciativa política como partido y paralicen su desarrollo orgánico. Habrá que prevenir entonces el riesgo de que Podemos se empantane en un agregado de mezquinas conveniencias gremiales, localistas y personales. Ese riesgo no solo existe, sino que hoy representa el riesgo principal, poner los medios para descartarlo es la cuestión.
Meri Pita y Joaquín (Quino) Sagaseta son miembros del
Círculo Podemos.
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